viernes, 9 de noviembre de 2007

El último encuentro


Es una novela sobre la vida, el amor y, sobre todo, la amistad. Situada en la época de entreguerras nos muestra la decadencia de cierta alta burguesía, más próxima a la antigua nobleza que a la realidad de una sociedad en transformación que busca una salida en el cosmopolitismo de ultramar. Su característica más evidente y abrumadora, es que es profundamente intimista y me sumergió de lleno en el mar de sus reflexiones y en el suspense de los hechos en los que se sustentan.

La amistad como sentimiento irrompible, frente al amor, siempre en la cuerda floja y sujeto a nuestras pasiones más que a la lealtad. No sale malparado el amor porque se muestra tal como es, arrollador, finito en su forma y eterno en su fondo. Me pregunto por qué la amistad, sin embargo resiste mejor las embestidas de la vida. Debemos exigirle menos a un sentimiento que a otro, me contesto.

La estructura literaria es básicamente un monólogo que sin embargo, no impide que la situación del ambiente en que los amigos se encuentran quede resuelto. No hay acción, y sin embargo la acción se desarrolla a través de las palabras que desgrana "el general" sin nombre, que nos sumerge de lleno en el relato, y nos atrapa en él. Sin ninguna duda, el autor poseía conocimientos y habilidad para escribir y describir sentimientos, a través de una especial dote observadora del alma humana. Marais se suicidó posiblemente por evitarse la humillación de sufrir una vejez dependiente y enferma.

El escritor húngaro Sándor Márai (1900-1989) ha tenido mucho éxito en España. Además de "El último encuentro", escribió novelas como "La mujer justa; La herencia de Eszter; Divorcio en Buda; El amante de Bolzano; y su autobiografía Confesiones de un burgués" (Ed. Salamandra). De todas, he leído las dos primeras pero la que más me envolvió en sus redes y su tema, fue ésta, "El último encuentro".



"Lo he visto todo, lo he visto todo pero no sé responder a esa pregunta. He visto la paz y la guerra, he visto la miseria y la grandeza, te he visto cobarde y me he visto a mi mismo vanidoso, he visto la confrontación y el acuerdo. Pero en el fondo, quizás el último significado de nuestra vida haya sido esto: el lazo que nos mantuvo unidos a alguien, el lazo o la pasión, llámalo como quieras. ¿es ésta la pregunta? Si, ésa es. Quisiera que me dijeras - continúa, tan bajo como si temiera que alguien estuviera a sus espaldas, escuchando sus palabras- qué piensas de esto. ¿Crees tú también que el sentido de la vida no es otro que la pasión, que un día colma nuestro corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo, y que después arde para siempre, hasta la muerte, pase lo que pase? ¿Y que si hemos vivido esa pasión, quizás no hayamos vivido en vano? ¿Que así de profunda, así de malvada, así de grandiosa, así de inhumana es una pasión?...¿ Y que quizá no se concentre en una persona en concreto, sino en el deseo mismo?...Tal es la pregunta."

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