Balthus al descubierto
Cuando entro en la mar en verano, pienso que es un amante, y me pregunto cómo sería adentrarme en él hasta que me poseyera sin poder resistir más. Entonces hago el muerto durante un buen rato. Flotando, me dejo mecer por las olas con el cuerpo totalmente relajado, sin oír nada y sintiendo la frialdad del agua cual sensación “post-mortem”. Una delicia.
Etiquetas: pintura
4 comentarios:
¿Meigas? Desaparecen hermosas poesias.
Se conoce que además de hermosas, eran efímeras. Apertas.
Ninguna poesia es efimera,todas permanecen en el tiempo,en la mente y en el corazon.
Es verdad, incluso las que no están siquiera escritas. Graciñas.
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