jueves, 24 de enero de 2008

Balthus al descubierto




Cuando entro en la mar en verano, pienso que es un amante, y me pregunto cómo sería adentrarme en él hasta que me poseyera sin poder resistir más. Entonces hago el muerto durante un buen rato. Flotando, me dejo mecer por las olas con el cuerpo totalmente relajado, sin oír nada y sintiendo la frialdad del agua cual sensación “post-mortem”. Una delicia.

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4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

¿Meigas? Desaparecen hermosas poesias.

27 de enero de 2008, 15:40  
Blogger tcb ha dicho...

Se conoce que además de hermosas, eran efímeras. Apertas.

27 de enero de 2008, 18:38  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Ninguna poesia es efimera,todas permanecen en el tiempo,en la mente y en el corazon.

27 de enero de 2008, 22:15  
Blogger tcb ha dicho...

Es verdad, incluso las que no están siquiera escritas. Graciñas.

27 de enero de 2008, 23:05  

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