La medicina ha descubierto recientemente que mujeres y hombres son distintos en cuanto a los problemas de salud y el modo de abordar la enfermedad
(...)Cuenta que faltan datos científicos sobre las condiciones biológicas específicas de la mujer y su impacto en la salud porque los estudios clínicos se han centrado tradicionalmente en el varón. (...) Hay medicamentos para las enfermedades cardíacas que implican un riesgo elevado para las mujeres como, por ejemplo, los efectos secundarios por incompatibilidad de inhibidores de ECA, unos medicamentos de profilaxis contra el infarto cardíaco, mal al que las mujeres son cuatro veces más propensas que los hombres. (...) También, los síntomas de un infarto cardíaco son diferentes: en ellas se manifiesta como un malestar y dolores difíciles de identificar en el pecho y vientre, lo que a menudo lleva a los médicos a una pista equivocada. Sin embargo, los hombres de menos de 50 años enferman con más frecuencia de infarto que las mujeres de la misma edad, que están más inclinadas a las depresiones. (...) También llega a la conclusión de que existen diferencias en la capacidad de la percepción tridimensional. Por ello, las mujeres saben interpretar mejor la expresión de una cara, hecho que, según la científica, puede estar relacionado con que la mujer ha aprendido a lo largo de la evolución humana a comprender los mensajes no verbales y las necesidades mostradas por los bebés. (...)Otra diferencia muy acusada se registra en la manera en que hombres y mujeres se comportan cuando están enfermos y de cómo hablan de sus dolencias con el médico.El lingüista vienés Florian Menz distingue "idiomas del dolor" diferentes cuando los enfermos comunican datos esenciales al terapeuta, como el grado y la duración de un dolor. (...) La mujer "se expresa de manera más difusa y a veces rebaja la intensidad de las molestias o las describe como poco importantes"; recurre a expresiones metafóricas y reflexiona sobre sus posibles causas, lo que suele impacientar a algunos médicos, dijo Menz a la revista Profil. Según la psiquiatra austríaca Gabriele Fischer, las enfermedades de la mujer se relacionan frecuentemente por error con su condición femenina y se generan diagnósticos equivocados, porque hay dolencias que no se toman lo suficientemente en serio achacándolas al ciclo femenino u hormonal. También ellas tienen mas tendencia a tomar antidepresivos, fármacos que no son tan inofensivos como puede parecer, porque como ocurre con las benzodiazepinas, tomadas durante mucho tiempo crean dependencia y en el embarazo pueden provocar malformaciones en la cara del bebé o un síndrome de supresión.
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