La avaricia rompe el saco
Es un refrán popular que no necesita explicación. Los timos callejeros son por todos conocidos y por pocos reconocido. Los que los padecieron y lo contaron, tienen la suficiente dignidad como para admitir que cayeron en la avaricia o la siempre deseada mágica y buena suerte. El tocomocho, los trileros y la estampita suenan a antigualla aunque nunca dejen de practicarse. Estos timos y fraudes pertenecen quizá al más literario género picaresco de nuestra cultura y cuando aparecen en los medios nos hacen sonreir o reir ampliamente.
Ahora, en la red, se producen una nueva clase de fraudes, los ciberfraudes que son más difíciles de detectar y denominar puesto que entra en juego la ignorancia, por lo que la picaresca y la suerteavaricia pierden el matiz de cierta fresca inocencia.
Otra forma de robar, que todos hemos justificado o aplaudido alguna vez, es la del ladrón de bancos o furgonetas de seguridad cuando no producen daño físico a nadie, porque, en definitiva, "quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón". Otra clase de ladrones muy admirados son los de guante blanco. Una especie de Robineshood que no reparten el botín, pero que caen en gracia porque o son película o lo parece.
Los ladrones de guante blanco se caracterizan porque sus fechorías tienen glamour. El glamour en estos casos es una forma de robar con clase y/o entre la clase más adinerada y socialmente más elevada de nuestra estratificada, clasista y perversa sociedad.
Lo que no tiene glamour pero si mucha gracia para los que lo vemos desde el punto de vista del refrán que titula este comentario, es que el ladrón de guante blanco sea capaz de hacer su faena a costa de la avaricia de los supuestos más sapiens hombres de negociostreet, los más extremos homo de la ambición.
El Mario Conde en versión internacional es hoy noticia por un fraude que tiene delito. El delito tiene delito porque sus víctimas son los grandes hombres económicoilustrados mundiales, poderosos y protagonistas ellos de nuestros más ansiados sueños y envidias además de ser modelo por excelencia del buenvivir que legítima y honradamente deseamos todos alcanzar. Y para su verguenza eterna, el timo es un clásico: la pirámide. Sin comentarios.
Para colmo, el prota de la noticia hoy, tiene nombre de malo de película: MADOFF (expresidente de Nasdaq). [¡Con ese nombre ¿cómo pudieron fiarse de él?!]
Lo que no tiene ninguna gracia es que la noticia sobre la humillada avaricia neoliberal, agrava profundamente la repercusión de una crisis económica que dejará más hambrientos a los que tienen hambre, más muertos a los agonizantes, más indigentes a los pobres, más indignados a los solidarios, más tristes a los desencantados, más guerreros a los agresivos y mucho, mucho más injusto el desequilibrado desequilibrio mundial.
Ahora, en la red, se producen una nueva clase de fraudes, los ciberfraudes que son más difíciles de detectar y denominar puesto que entra en juego la ignorancia, por lo que la picaresca y la suerteavaricia pierden el matiz de cierta fresca inocencia.
Otra forma de robar, que todos hemos justificado o aplaudido alguna vez, es la del ladrón de bancos o furgonetas de seguridad cuando no producen daño físico a nadie, porque, en definitiva, "quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón". Otra clase de ladrones muy admirados son los de guante blanco. Una especie de Robineshood que no reparten el botín, pero que caen en gracia porque o son película o lo parece.
Los ladrones de guante blanco se caracterizan porque sus fechorías tienen glamour. El glamour en estos casos es una forma de robar con clase y/o entre la clase más adinerada y socialmente más elevada de nuestra estratificada, clasista y perversa sociedad.
Lo que no tiene glamour pero si mucha gracia para los que lo vemos desde el punto de vista del refrán que titula este comentario, es que el ladrón de guante blanco sea capaz de hacer su faena a costa de la avaricia de los supuestos más sapiens hombres de negociostreet, los más extremos homo de la ambición.
El Mario Conde en versión internacional es hoy noticia por un fraude que tiene delito. El delito tiene delito porque sus víctimas son los grandes hombres económicoilustrados mundiales, poderosos y protagonistas ellos de nuestros más ansiados sueños y envidias además de ser modelo por excelencia del buenvivir que legítima y honradamente deseamos todos alcanzar. Y para su verguenza eterna, el timo es un clásico: la pirámide. Sin comentarios.
Para colmo, el prota de la noticia hoy, tiene nombre de malo de película: MADOFF (expresidente de Nasdaq). [¡Con ese nombre ¿cómo pudieron fiarse de él?!]
Lo que no tiene ninguna gracia es que la noticia sobre la humillada avaricia neoliberal, agrava profundamente la repercusión de una crisis económica que dejará más hambrientos a los que tienen hambre, más muertos a los agonizantes, más indigentes a los pobres, más indignados a los solidarios, más tristes a los desencantados, más guerreros a los agresivos y mucho, mucho más injusto el desequilibrado desequilibrio mundial.
Etiquetas: comentario, en voz alta, neoliberalismo
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