El debate que no se debatió
No sé en qué estaban pensando los asesores políticos y de imagen de ambos candidatos. Esperábamos pasión y espontaneidad, los temas preparados necesariamente de antemano, con sus pertinentes notas sobre las cuestiones a tratar y los gráficos con cifras para cuando se presentara el momento de hablar de ellas.
Se ha controlado demasiado el escenario y a los actores. Mirar a cámara es un disparate, en un debate en se enfrentan dos contendientes no se los presenta como bustos parlantes cual telediario extraordinario, que es lo que hicieron ambos púgiles. Porque eran púgiles que no contendientes, o es lo que parecían en la presentación, los dos con los brazos a lo largo del cuerpo, las manos bajas y las piernas abiertas, postura propia de quien está en guardia e igual a la de los boxeadores cuando los presentan en el cuadrilátero. Ahí los asesores estuvieron de acuerdo. Véase la foto.
Vendieron imagen a un precio muy barato, porque de lo que vimos y escuchamos ayer, estamos empachados por la pasada legislatura. Podían haberse ahorrado tanto gasto de dinero y energías. A mi no me aportó absolutamente nada nuevo. A mi hijo de 23 años lo decepcionó profundamente ¿pero esto es un debate?, me preguntó. Y yo venga a explicarle y a contar batallitas para que, al menos, su espíritu crítico fuese alimentado por los buenos consejos que siempre damos las madres cuando nos dejan.
El moderador, Manuel Campo Vidal, lo hizo genial, pero hay que decir que se lo pusieron fácil, todo pactado, todo medido, todo organizado y controlado hasta el último detalle. No pudo lucirse mucho el pobre. Rajoy estaba guapísimo por cierto, sin forúnculos acebes ni zaplanas, pero luego, esos ojos de coco me recordaron al dedo acusador de Aznar. Zapatero impertérrito la mayor parte del tiempo, pestañeó en algún momento, Rajoy se coloreó fugaces segundos en alguna de las visualizaciones. Me sentí aliviada, aunque la política sea un peñazo en los últimos tiempos y como para el debate congelaron a los candidatos con normas a todo pasto, al menos se vio que no pudieron controlar totalmente sus gestos.
La actitud agresiva de Rajoy, paralela al talante recalcitrante de Zapatero, tan conocido todo, sólo fue alterado brevísima y puntualmente, lo que puso un puntito pasional, que cada cual interpreta a su aire, pero que yo quiero dejar en lo que debería ser la lógica del enfrentamiento dialéctico, que es lo que todos esperábamos. No doy por ofendida mi inteligencia porque lo que se pretendió fue salvaguardar su salvaguardada imagen (¡?¿!). (Forges: elpais.com)
©Teresa C. B.©
2 comentarios:
A mi me hubiese gustado verlo a pesar de todo...
Todavía no me ha legado la carta para votar, mañana llamaré al consulado para ver que pasa.
Es la primera vez que no voy a votar contigo, te voy a echar de menos y se me va a hacer raro...
Muak!
Me alegra que te acuerdes de mi y eches de menos alguna de las cosas que hacíamos juntas. Esta semana te llamo a ver como fue lo del consulado, si es necesario, contactamos con ellos. Quérote, rula. Mum.
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