martes, 6 de marzo de 2007

"Días de Convivencia familiar Erasmus".

Eduardo está de Erasmus en Nijmegen (Holanda). Este finde fuimos a verlo Ana, José y yo. Lo pasamos muy bien, y la experiencia fue interesante. El clima de Holanda es como el gallego, incluso el sol apareció como de regalo. Aluciné con la cantidad de bicicletas aparcadas por todas partes, y como los lugareños, con la orografía a su favor, tienen integrado su uso en la vida cotidiana, en su cultura. Lo sabía y había visto fotos, pero, en directo todo es absolutamente sensitivo. Por supuesto, fuimos en bici desde la residencia hasta la ciudad. El primer día me tocó ir en trasportin porque solo habia tres bicicletas, lo que no me libró de caerme. El domingo, experimenté el dicho de que "nunca se olvida montar en bici", y aunque el sillín me quedaba un poco alto, y el fuelle bajo mínimos, fue estupendo. Ana, (que me invitó) fue nuestra enérgica guía, hablando en alemán e inglés; la cerveza; la residencia de estudiantes, los amigos de Eduardo, Eduardo que no viene; la facultad y el laboratorio; el cocido y la sobrasada; Utrech; el sueño; los viajes en tren; el reloj de la fábrica de cerveza; el eclipse de luna; las tarjetas que no sirven; las botas de Ana; la revisora condescendiente; las gafas llamativas; el Rhin; los puros colocón, los adolescentes pedorros, las gárgolas, la fuente del monje chulo. Todo se vuelve anécdota cuando se disfruta. Porque disfruté mucho viendo a mis hijos disfrutar de nuestra compañía, de compartir el aire, de reir, de mirarlo todo y de agotarnos andando. Pondré una foto cuando las tenga.

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1 comentarios:

Blogger carlosb ha dicho...

Vaya vaya vaya... ¡Qué bien se vive cuando se vive bien!

6 de marzo de 2007, 15:57  

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